El uso regular de exfoliantes faciales promueve la eliminación de calidad de las células muertas de la superficie de la piel, limpia bien los poros, proporciona flujo sanguíneo y satura la piel con oxígeno. Como resultado, la piel facial adquiere un aspecto hermoso y cuidado, se vuelve saludable y flexible. Se pueden comprar buenos exfoliantes limpiadores para cualquier tipo de piel en cualquier tienda de cosméticos, pero algunos de ellos contienen ingredientes que pueden causar varias reacciones alérgicas. Para evitar esto, a menudo se usan matorrales, preparados independientemente en casa a partir de ingredientes improvisados y todos los disponibles.
Hay muchas formas de hacer una limpieza casera. Los exfoliantes caseros más comunes se hacen sobre la base de productos alimenticios, por ejemplo, miel, leche, sal, harina de avena, cuajada, café, fruta. Debido a su naturalidad, estos exfoliantes hidratan y nutren perfectamente la piel, dándole una apariencia fresca y saludable.
Al preparar un exfoliante en casa, debe considerar su tipo de piel. Por lo tanto, para los componentes de la piel aceitosa se deben seleccionar de forma tal que se sequen y ajusten los poros, para que la piel seca tenga un efecto hidratante.
El exfoliante casero no debe usarse más de 1 a 2 veces por semana. Se necesita un cuidado especial para la piel seca de la cara, ya que el uso frecuente del exfoliante acelera la pérdida de humedad, la piel se reseca e irrita.
El café molido exfolia delicadamente la piel, por lo que es muy popular en el cuidado facial. Los granos contienen cafeína, lo que contribuye a aumentar la circulación sanguínea y el flujo de oxígeno a las células.
La sal tiene una maravillosa propiedad de limpieza, le da a la piel frescura, firmeza y brillo. El mejor efecto se puede lograr usando exfoliantes de sal después de tomar una ducha.